Gigliola Cinquetti cantaba en una canción que hay tres cosas en la vida con las que uno vive libre de preocupación: salud, dinero y amor. De hecho, muchas veces, las tres van de la mano.

Según el INE, el número de años en buena salud al nacer en España era en 2020 (la última fecha de la que se dispone información) igual para las mujeres que para los hombres: 66,3 años.

Esos son los años que, de media, vivimos sin problemas de salud.

Una empresa también es un ser vivo. Es un conglomerado de seres vivos individuales que unen sus esfuerzos para sacar una tarea adelante.

Y, como todo ser vivo, también necesita tener una buena salud (crecimiento), dinero (rentabilidad) y amor (sin conflictos laborales).

En España, según Eurostat, el 61,5% de las empresas que se crean no llegan a los 5 años de vida. Y la vida media de una empresa es de 10,8 años.

 

Salud.

Nadie tiene la fórmula del éxito de un negocio. Lo vemos diariamente. Gente que trabajan como bestias y no salen adelante. Y esto es generalizado. El 97% de las empresas en España son pymes y el 94% son micropymes.

Y mucha culpa de esta baja tasa de crecimiento la tiene el ponerse a trabajar sin control. Sin tener un plan. Solo con una idea.

La clave está en saber a dónde tienen que ir.

Ninguna de las pymes con que trabajamos tenían presupuestos. Ninguna tenía un Plan Estratégico claramente definido. Ninguna tenía objetivos que alcanzar ni cómo medir los resultados. Ninguna hacía análisis de desviaciones.

Es imposible mantener un crecimiento sin saber cuánto hace falta y para qué.

 

Dinero.

Conseguir una buena rentabilidad no es una fórmula fácil. Es una fórmula con muchas variables en constante desequilibrio.

Ganar dinero depende de tantas cosas que hay que tener una idea de cómo funcionan todas esas variables y dedicarle tiempo a comprender cómo interactúan entre ellas.

Puedes vender mucho y no ganar dinero. Puedes enterrar ingentes cantidades en campañas de Marketing y no tener retorno alguno. Puedes tener un producto excelente y que nadie te lo compre. Incluso puedes tener mucho beneficio y no poder pagar a tus proveedores.

Existencias, ciclo de cobros y pagos, estructura financiera, coberturas, garantías, ventas, …

Arriesgarse a vender sin saber nada sobre cómo actúan todas estas variables y cómo influyen en la caja final de la empresa es el gran problema de la pequeña empresa.

 

Amor.

Una plantilla implicada y motivada tira del carro para hacer la empresa cada vez más fuerte.

No todo es dinero. Según una encuesta del portal Infojobs hasta un 70% de los encuestados ha descartado una oferta por mala reputación de la empresa.

Lo que más valoran los empleados no es el sueldo. Lo que más se valora es la posibilidad de desarrollo de una carrera profesional, la conciliación entre la vida personal y laboral, el respeto medioambiental y el ambiente de trabajo.

 

Reflexiona durante unos minutos: ¿cómo anda tu empresa de salud, dinero y amor? ¿hay algo que tengas que hacer?

 

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