Todos hemos visto alguna vez, bien en directo bien por televisión, un artista cargado de diferentes instrumentos musicales y que los toca al mismo tiempo usando sus pies, manos, cabeza, boca, piernas y cintura. Es capaz de reproducir casi cualquier tipo de música con más o menos acierto y divierte a quienes lo observan. Es lo que llamamos “el hombre orquesta”.
Para poder interpretar una canción, el hombre orquesta debe saber tocar cada uno de esos instrumentos. No es necesario que sea un virtuoso de cada uno de ellos, pero sí debe saber como hacerlos sonar y tener sentido de la armonía y sincronización para que el resultado final sea satisfactorio.
Lógicamente, la música que produce no es de gran calidad, pero sirve para amenizar espectáculos menores. Si el hombre orquesta quisiera avanzar en calidad musical y en la sincronización deberá contar con la ayuda de un tercero que toque algunos de los instrumentos que ahora el mismo toca. A medida que se van incorporando nuevos intérpretes el resultado final aumenta en calidad y atrae a más público de manera habitual.
En las micropymes también existe el hombre orquesta. Es aquel que, además de acometer su actividad profesional, actúa a la misma vez como director financiero, jefe de personal, responsable de márketing, jefe de ventas, abogado, asesor laboral y fiscal e incluso como administrativo.
Evidentemente, quien está empezando no suele tener ni recursos ni infraestructura ni volumen de trabajo como para tener todos estos puestos cubiertos desde el principio. Pero también es muy frecuente y habitual que tampoco tenga la formación mínima en cada una de estas áreas para poder tomar decisiones con una mínima solvencia. Eso provoca que puedan ir “tirando adelante” de una forma poco eficaz y, generalmente, sin saber a dónde van. Trabajan mucho, pero utilizando de forma poco eficiente sus escasos recursos y en muchas ocasiones esto se traduce en graves problemas. Se convierten en un “nombre orquesta” que reproduce una melodía que apenas congrega público para escucharlos y solo sacan unas cuantas monedas.
Todo/a gerente, directivo/a y emprendedor/a debe dedicar tiempo a su propia formación en las diferentes áreas que conlleva la gestión de una empresa con independencia de su tamaño. En el momento en que son conscientes que necesitan tener estos conocimientos para mejorar su gestión ya han dado el primer paso para dos cosas: la primera, tocar sus instrumentos mejor. La segunda, para ser conscientes que deben ir diversificando los instrumentos que tocan para que el resultado sea de mayor calidad.
En el Instituto de Formación Financiera tenemos programas de formación específicos para estas micropymes. Programas que aseguran el éxito y en los que los acompañamos en este camino largo. Si crees que es tu caso, te animo a que eches un vistazo a nuestra web (www.institutodeformacionfinanciera.es). Seguro que encuentras cuál es el primer instrumento que quieres aprender a tocar mejor.